¿Alguna vez has tenido que ir al baño después de comer? A veces, se puede sentir como que la comida “se pasa de largo”. Pero ¿en realidad es así?

La respuesta breve: no.

Cuando sientes la necesidad de defecar después de comer, no es tu último bocado el que te envía corriendo al baño.

El tiempo de digestión varía según la persona. Tu edad, sexo y cualquier afección médica que puedas tener también afectan la digestión.

Generalmente, se necesitan de 2 a 5 días después de comer para que los alimentos pasen a través de tu cuerpo como materia fecal, según la Clínica Mayo.

Sin embargo, considerando que hay múltiples factores involucrados en el proceso digestivo, es difícil calcular adecuadamente el tiempo de digestión. Las mujeres también tienden a digerir sus alimentos más lentamente que los hombres.

Todo el sistema digestivo puede tener hasta 30 pies de largo en adultos; es bastante largo para que los alimentos pasen a través de ti. Si experimentas necesidad de defecar inmediatamente después de comer, lo más probable es que te suceda algo llamado reflejo gastrocólico.

El reflejo gastrocólico es una reacción normal que tiene el cuerpo al ingerir alimentos en diferentes intensidades.

Cuando los alimentos llegan a tu estómago, tu cuerpo libera ciertas hormonas. Estas hormonas le dicen a tu colon que se contraiga para mover los alimentos a través de él y fuera de tu cuerpo. Esto hace espacio para más comida.

Los efectos de este reflejo pueden ser leves, moderados o graves. También pueden variar según la persona.

Algunas personas experimentan este reflejo con más frecuencia e intensidad que otras.

Las investigaciones han demostrado que ciertos trastornos digestivos, como el síndrome del intestino irritable (SII), aceleran el paso de los alimentos a través del colon después de comer.

Ciertos alimentos y trastornos digestivos pueden desencadenar efectos particularmente fuertes o duraderos del reflejo gastrocólico. Incluyen:

Cuando estos trastornos empeoran tu reflejo gastrocólico, por lo general, experimentarás otros síntomas, como:

  • dolor abdominal
  • distensión que se alivia o se alivia parcialmente al expulsar gases o al defecar
  • necesidad frecuente de expulsar gases
  • diarrea o estreñimiento, o diarrea y estreñimiento alternados
  • moco en las heces

Algunas veces, puedes sentir la necesidad urgente de defecar, pero esto no se relaciona con tu reflejo gastrocólico. Este podría ser el caso cuando tienes diarrea.

Por lo general, la diarrea dura unos cuantos días. Cuando dura semanas, puede ser señal de una infección o trastorno digestivo. Las causas comunes de la diarrea incluyen:

  • virus
  • bacterias y parásitos, por comer alimentos contaminados o por no lavarse bien las manos
  • medicamentos, como antibióticos
  • intolerancia o alergia a los alimentos
  • consumir edulcorantes artificiales
  • después de la cirugía abdominal o extirpación de la vesícula biliar
  • trastornos digestivos

La incontinencia fecal también puede causar una necesidad urgente de defecar. Las personas con incontinencia no pueden controlar sus deposiciones. Algunas veces, las heces salen del recto con poca o ninguna advertencia.

La incontinencia puede variar desde la filtración de un poco de materia fecal por la expulsión de gases hasta la pérdida completa del control sobre los intestinos. A diferencia del reflejo gastrocólico, una persona con incontinencia podría defecar inesperadamente en cualquier momento, incluso aunque no haya comido recientemente.

Algunas causas comunes de la incontinencia incluyen:

  • Daño muscular al recto. Esto puede ocurrir durante el parto, por estreñimiento crónico o por algunas cirugías.
  • Daño a los nervios en el recto. Podrían ser los nervios que detectan las heces en tu recto o los que controlan tu esfínter anal. El parto, la tensión durante las deposiciones, las lesiones de la columna vertebral, un accidente cerebrovascular o ciertas enfermedades como la diabetes pueden causar este daño nervioso.
  • Diarrea. Es más difícil mantenerla en el recto que las heces blandas.
  • Daños a las paredes rectales. Esto reduce la cantidad de materia fecal que se puede retener.
  • Prolapso rectal. El recto sale del ano.
  • Rectocele. En las mujeres, el recto sale a través de la vagina.

Aunque no es posible prevenir el reflejo gastrocólico, hay cosas que puedes hacer para que sea más fácil vivir con esto.

En primer lugar, toma nota de cuándo experimentas el reflejo gastrocólico y de lo que has comido antes de que suceda.

Si notas un patrón entre comer ciertos alimentos y que tu reflejo gastrocólico se haga más fuerte, es posible que evitar estos alimentos ayude a reducir la intensidad.

Algunos alimentos desencadenantes comunes incluyen:

  • lácteos
  • alimentos ricos en fibra, como cereales integrales y verduras
  • alimentos con grasa, como las papas fritas

El estrés es un desencadenante común del reflejo gastrocólico. Controlar tu estrés puede ayudarte a controlar tu reflejo gastrocólico.

La mayoría de las personas experimentan alguna forma de reflejo gastrocólico ocasionalmente.

Consulta con tu médico si experimentas un cambio constante en tus hábitos intestinales, o si constantemente tienes urgencia de ir al baño después de comer. Puede determinar la causa subyacente y darte el tratamiento adecuado.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 24 de enero de 2022.

Versión original escrita el 3 de marzo de 2020.

Última revisión médica realizada el 3 de marzo de 2020.